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Antoni Gómez: “En la verificación de los informes de sostenibilidad, los auditores tendremos un protagonismo fundamental”
Notícia publicada en la web de l’ICJCE – Instituto de Censores Jurados de Cuentas de España
Los próximos 6 y 7 de julio tendrá lugar la 33 edición del “Fórum del Auditor Profesional”, organizada un año más por el Col·legi de Censors Jurats de Comptes de Catalunya, en formato híbrido -con una capacidad de 500 plazas presenciales y más de 1000 virtuales- desde Sitges y repitiendo la ubicación del Hotel ME Sitges Terramar. Con el lema «Preparados para el futuro», en estas dos jornadas se va a desarrollar un interesante programa, con nueve sesiones técnicas paralelas y cuatro plenarias.
El presidente del Col·legi, Antoni Gómez, nos presenta en la siguiente entrevista los principales temas que se tratarán.
¿Qué principales temas destacaría en esta nueva edición del Fórum?
Uno de los temas clave será el papel de los auditores en la verificación de los informes de Sostenibilidad Corporativa regulados por la Directiva Europea publicada el pasado diciembre. A pesar de que la convocatoria de las elecciones generales deja en suspenso la transposición de la directiva a la legislación española, muchos de los puntos esenciales de la futura regulación vienen marcados por la normativa comunitaria, y en la verificación de los informes, los auditores tendremos un protagonismo fundamental. Por su importancia, éste es el tema central de la sesión con los presidentes del ICAC y del ICJCE.
¿Qué retos nos plantea el futuro de nuestra profesión, al que hace referencia el lema del Fórum?
Tenemos retos regulatorios y otros más internos. Entre los primeros, el más destacado es el relativo a la sostenibilidad. Destacaría entre los internos el problema de la falta de vocaciones para iniciar y continuar la trayectoria en auditoría y el profundo impacto que puede tener en nuestra profesión la tecnología, y en especial todo lo concerniente a la inteligencia artificial. En distintas sesiones abordaremos los efectos de la tecnología en nuestra profesión. La tecnología nos ayudará a reducir las tareas más tediosas, y previsiblemente reducirá la necesidad de personal de menor cualificación. Pero el auditor requiere una formación muy sólida, no solo técnica, sino en metodologías, ética y valores que se van adquiriendo en la práctica cotidiana con profesionales más experimentados. La profesión necesita jóvenes que tengan interés en desarrollar su carrera profesional en auditoría para seguir contribuyendo a la transparencia y la confianza en las informaciones que se divulgan por parte de las organizaciones.
Y sobre el reto de la regulación de la sostenibilidad en un entorno internacional, otro de los focos del Fórum. ¿Qué podemos aportar los auditores?
Sin duda, los auditores seremos fundamentales en la verificación de los informes de sostenibilidad corporativa, tanto por parte de las entidades obligadas a su elaboración, como por todas aquellas -sean empresas o entidades no lucrativas- que opten por prepararlos con carácter voluntario. Tanto la normativa europea como el borrador de transposición a la legislación española que hemos conocido, dan mucha importancia a la sostenibilidad en toda la cadena de valor de las empresas. Muchas compañías para ser proveedores de otras empresas o del sector público deberán publicar y someter a verificación sus informes de sostenibilidad, explicando claramente sus actuaciones en los ámbitos ambientales, sociales y de personal, y de gobernanza. Los sistemas de control interno en relación con la generación y confianza en los indicadores en estas materias serán fundamentales para el reporting, y los auditores somos especialistas en analizar la confianza que ofrecen los sistemas y procesos.
Una de las sesiones plenarias va a dedicarse a un tema muy actual: “Cultura y Empresa: Una alianza estratégica” ¿cómo lo ve desde su experiencia?
Cuando hablamos de cultura, nos referimos a conocimientos, ideas, valores y costumbres que caracterizan a una sociedad. Así, la evolución cultural ha ido paralela al desarrollo humano, y hoy en día, la organización social que conocemos como “empresa” -entendida como sociedad mercantil, no lucrativa o plataforma pública- tiene un papel fundamental en la configuración y afectación sobre la sociedad y el planeta. Las empresas influyen profundamente sobre la sociedad y por tanto sobre su cultura, tanto en su expresión como en su difusión. Ejemplos muy llamativos los tenemos en el impacto en la música, la literatura o el arte. Y la cultura interactúa con las empresas, en tanto que son parte de la sociedad y para progresar deben responder a sus valores. La empresa que viva de espaldas a nuestra cultura -es decir a nuestros conocimientos, ideas, valores y costumbres- que se desinterese por la cultura en el sentido más amplio de la palabra, tendrá una conexión difícil con sus clientes, proveedores o empleados. Vemos ejemplos de “sintonía” en el estilo de logos o decoración de muchas compañías modestas, recurriendo en muchas ocasiones a grafiteros.
Y ya para acabar, ¿qué mensaje daría a los jóvenes profesionales, interesados en nuestra profesión?
Que la auditoria es una profesión apasionante: supone el desafío intelectual de estar permanentemente preparados; enriquece personalmente con el trabajo de equipo, tanto con el propio de la firma como con la relación con el cliente; y es de interés público, contribuyendo a la transparencia y la sostenibilidad, y por consiguiente al bienestar de las personas y a una gestión ética de las organizaciones.
Ha dejado de ser una tarea tediosa y poco creativa, cada vez es más flexible en la organización y la dedicación, en que predomina el criterio respecto de las actividades rutinarias. Y sigue siendo una plataforma formativa extraordinaria para aquellos que, tras una temporada en una firma de auditoría, se sienten atraídos por otras oportunidades profesionales, para las cuales, la etapa de trabajo en la firma auditora, es una garantía de éxito.